Durante el seguimiento de las obras destinadas a alojar una tubería apareció una pequeña concentración de “hoyos” de almacenaje, de los que pudimos recuperar dos molinos de mano completos realizados en cuarcita.
Los materiales nos permiten situar las estructuras en el Calcolítico Pleno (2.700–2.400 a.C.). La aplicación de sistemas topográficos sirvió para documentar el yacimiento con rapidez y precisión.