I. UNA BREVE HISTORIA Érase una vez un arqueólogo despistado… El tipo acostumbraba a recibir permisos para “estudios arqueológicos”, ya saben, peritaciones de obra y ese tipo de caramelitos. Una vez pillada la dinámica, sólo tenía que aguantar largas horas al sol, realizar muchas fotos y escribir varios informes sin casi esfuerzo, ya que era […]